Recorriendo los barrancos de Gáldar me encontraron. Sin duda era el empleado de alguna de las fincas vecinas, pero al parecer, ¿cómo yo? muchos, y, si me alejé  demasiado, no les fue difícil encontrar quien me sustituyera.
En este sitio he descubierto una nueva relación con el humano, no les tengo miedo, no me caen mal, pero nunca había recibido caricias, así porque sí. Nunca había  paseado en compañía. Nunca me dieron la atención veterinaria que, gracias a dios y hasta ahora, no había necesitado.
Soy un perro muy perro, no sé ser una mascota, tengo mucho que aprender, pero creo que no tendré ningún problema en tener un cuenco de comida siempre lleno, una cama, no volver a pasar las noches solo, y despertarte en las mañanas cada día más ilusionado y agradecido por poder, al fin, conocer en alguien el significado de la  palabra “Hogar”.
“Positivo a filaria. Tiene cura, pero es una opción que sólo puede darle una familia”